jueves, 10 de enero de 2008

¿Arquitectura "Chicha" o de la nueva Lima?

Este articulo fue publicado por primera vez en el El Carton N 1, boletin de estudiantes de la FAU - URP en el año 2007.

Hablar de una cultura arquitectónica Chicha a estas alturas en Lima resulta un libreto un tanto desgastado. Y digo esto debido a que este fenómeno, que debe su explosión a la masiva migración de habitantes del interior del país hacia la capital, gracias al conflicto interno que se vivió durante los ochenta, no es ya una cuestión particular que se vive en tal o cual distrito o zona periférica de la ciudad, sino que se ha apoderado de ella.En la Lima de hoy, de cada 10 de sus habitantes, 9 son hijos y/o nietos de migrantes (Fuente: Arellano Investigación de Marketing S.A.). Vemos, hoy más que nunca, que Lima es una ciudad movida y habitada por provincianos e hijos de provincianos en su mayor parte, en la cual el legado cultural del lugar de origen se amolda y amalgama a las condiciones existentes en la capital y muchas veces también con lo foráneo, creando mediante simbiosis un lenguaje arquitectónico propio. Esta fuerza inusitada proveniente de las entrañas mismas de un país altamente centralista como el Perú, si bien encontró en un inicio en el sector informal de la vivienda y el comercio el mejor medio para expresarse, ha acabado por llenar los espacios que antes la repelían, tanto así que la arquitectura que podríamos considerar como “formal” ha comenzado a tomarla como referente. Basta con dar una ojeada a los tantos Bembo´s o Norky´s que proliferan en nuestras calles, declarando una guerra sin cuartel a la tiranía de la línea recta, las superficies albas y los volúmenes puros que los arquitectos “minimalistas” del sector “formal” tratan de imponer. Fuera de si estas construcciones “chicha” tienen o no calidad arquitectónica suficiente, el verdadero peligro reside en que fuera de entenderla, asimilarla o reinterpretarla, los círculos vinculados a la arquitectura de “renombre” en Lima (aquella que encuentra en las casas de playa de Asia la cúspide del quehacer arquitectónico) siguen esquivando el encuentro con los elementos que la arquitectura popular brinda descontroladamente a la ciudad, aún cuando este se haya vuelto inevitable. Es deber de los profesionales de la disciplina, el encauzar aquella energía desvocada y no desperdiciar la oportunidad de alcanzar una arquitectura peruana contemporánea en constante retroalimentación con la cultura popular, que tanta falta le hace para librarse del entrampamiento en el que se encuentra desde hace ya varias décadas, copiando modelos foráneos sin la debida reflexión previa.

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